Los incendios cuyo origen es intencionado son la causa del 55,23% de los incendios forestales ocurridos en España entre los años 2001 y 2013, sin tener en cuenta los fuegos producidos en edificios o zonas urbanas. Según los datos de la Estadística de Incendios Forestales (EGIF) del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA).
Las estadísticas del MAGRAMA contemplan hasta 25 motivaciones diferentes como origen de los incendios intencionados. Pero, ¿cómo podemos identificar a una persona que potencialmente pueda originar un incendio? A continuación os ofrecemos 5 instrucciones para identificar a un pirómano.
Identificar a un pirómano
La piromanía es una enfermedad que consiste en obtener satisfacción a través de la provocación de incendios y contemplar sus consecuencias. Es un trastorno de control de impulsos que se da con más frecuencia en hombres que en mujeres.
Reconocer a un pirómano
- Provocación de incendios. Las personas que padecen de este trastorno experimentan una tensión antes de provocar el incendios que solo disminuye cuando realizan la acción de incendiar. Estas personas sienten una necesidad irresistible de provocar el incendio que viene acompañada con el placer.
- Fascinación por el fuego. Los pirómanos suelen trabajar en lugares donde el fuego sea parte de su labor, por ello en muchas ocasiones se convierten en bomberos voluntarios, buscan trabajos en fábricas de fuegos artificiales o en programas de prevención de incendios. Es decir, están involucrados en todas las actividades que tengan al fuego como protagonista.
- Consecuencia. El pirómano no realiza estas conductas como consecuencia de un acto de venganza o reivindicación. Al contrario, es debido a un móvil económico o como consecuencia de una alteración del juicio. Lo hace por la satisfacción que le provoca iniciar el fuego y observar las consecuencias.
- Características personales. Suelen ser personas con una fuerte inestabilidad emocional y con una falta de control en los impulsos. Son personas manipuladoras, susceptibles y oportunistas. Por regla general, se trata de hombres y los episodios suelen hacerse más frecuentes entre los 20 y 30 años.
- Exclusiones. Este trastorno no es consecuencia de un trastorno disocial, un episodio maníaco o un trastorno antisocial de la personalidad. Estas personas suelen tener antecedentes de este tipo de actividades y en algunos casos, presentan un historial de abuso de alcohol.
Fuente: salud.uncomo.com
